MÉRIDA
S. I. a.C.
El encargado de llevar a cabo la fundación por orden de Octavio Augusto, fue el legado Publio Carisio. Las razones de esta fundación hay que buscarlas en el enclave estratégico que ocupaba el terreno, que venía marcado por el paso del río Anas en un lugar favorable para su vadeo, lo que pondría en comunicación la provincia de la Bética con las del noroeste peninsular, y las tierras de la franja más meridional de Hispania con el Oeste (Olissipo).
Año 16-15 a.C: Se inaugura el Teatro romano de Mérida, que se verá embellecido con sucesivas remodelaciones a lo largo del siglo I d.C. Está considerado como el más importante de la Península, donado al pueblo por Marco Agripa para conmemorar la creación de la provincia de La Lusitania. Augusta Emerita es designada como capital de la nueva provincia, por este motivo se llevan a cabo grandes obras de adecentamiento y planificación urbanística siguiendo el modelo de Roma.
A mediados del siglo I d.C: Inicio de las obras de marmorización del Foro de la provincia en época Claudia, período de crecimiento económico en toda la Hispania romana. El ámbito del foro provincial de Augusta Emerita estaba delimitado por construcciones porticadas, según se desprende de los últimos hallazgos realizados, a las cuales pertenecería el tradicionalmente conocido en Mérida como “Arco de Trajano”, y cuya interpretación correcta sería la de puerta de acceso al propio foro provincial.
Año 69 d.C: El legado en la Lusitania Otón es proclamado emperador en medio de un ambiente de guerra civil por un breve período de tres meses.
Año 70 d.C: La época de los flavios supone para la capital lusitana un momento de esplendor, llevándose a cabo obras de remodelación urbana (zona del Anfiteatro, Circo, etc.)
S. II-III d.C.
El cambio de siglo supone para toda la Península un momento de esplendor, que la provincia lusitana no va dejar escapar. Se produce el auge definitivo de la ciudad bajo la influencia de los emperadores hispanos, Trajano y Adriano, que relanzarían el patrimonio social, monumental y económico, paralelo a la iniciativa particular que, al amparo del desarrollo económico, edificaría sus moradas con un lujo y magnificencia que en nada tenían que envidiar a la de otras áreas geográficas del Imperio.
Año 313 d.C. Tras el edicto de Milán (313), promulgado por el emperador Constantino, se celebra el concilio de Iliberis, primero de la Iglesia hispana, donde se tiene constancia de la participación del metropolitano de Mérida (Liberio), junto a otros obispos de la Tarraconense y la Bética.
El anfiteatro de Mérida es un antiguo recinto para espectáculos de luchas de gladiadores que fue construido por el Imperio romano en la colonia de Augusta Emerita, actual Mérida a finales del siglo I a. C.. Su construcción se planificó junto a la del adyacente y del teatro romano, con el que conformaba la gran área pública de espectáculos de la capital de la Lusitania. Fue abandonado hacia el siglo IV d. C. y hasta principios del siglo XX permaneció enterrado.
Templo de Diana es un templo romano construido hacia finales del siglo I a. C. en Augusta Emerita, que más tarde se convertiría en capital de la provincia romana de Lusitania, actual Mérida (España). Se levantó en el foro municipal de la ciudad romana siguiendo la configuración habitual de los templos clásicos grecorromanos y es el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida en un aceptable estado de conservación.
El acueducto de los Milagros era una de las conducciones que, en época romana, suministraban agua a la ciudad de Emérita Augusta
S. I. a.C.
El encargado de llevar a cabo la fundación por orden de Octavio Augusto, fue el legado Publio Carisio. Las razones de esta fundación hay que buscarlas en el enclave estratégico que ocupaba el terreno, que venía marcado por el paso del río Anas en un lugar favorable para su vadeo, lo que pondría en comunicación la provincia de la Bética con las del noroeste peninsular, y las tierras de la franja más meridional de Hispania con el Oeste (Olissipo).
Año 16-15 a.C: Se inaugura el Teatro romano de Mérida, que se verá embellecido con sucesivas remodelaciones a lo largo del siglo I d.C. Está considerado como el más importante de la Península, donado al pueblo por Marco Agripa para conmemorar la creación de la provincia de La Lusitania. Augusta Emerita es designada como capital de la nueva provincia, por este motivo se llevan a cabo grandes obras de adecentamiento y planificación urbanística siguiendo el modelo de Roma.
A mediados del siglo I d.C: Inicio de las obras de marmorización del Foro de la provincia en época Claudia, período de crecimiento económico en toda la Hispania romana. El ámbito del foro provincial de Augusta Emerita estaba delimitado por construcciones porticadas, según se desprende de los últimos hallazgos realizados, a las cuales pertenecería el tradicionalmente conocido en Mérida como “Arco de Trajano”, y cuya interpretación correcta sería la de puerta de acceso al propio foro provincial.
Año 69 d.C: El legado en la Lusitania Otón es proclamado emperador en medio de un ambiente de guerra civil por un breve período de tres meses.
Año 70 d.C: La época de los flavios supone para la capital lusitana un momento de esplendor, llevándose a cabo obras de remodelación urbana (zona del Anfiteatro, Circo, etc.)
S. II-III d.C.
El cambio de siglo supone para toda la Península un momento de esplendor, que la provincia lusitana no va dejar escapar. Se produce el auge definitivo de la ciudad bajo la influencia de los emperadores hispanos, Trajano y Adriano, que relanzarían el patrimonio social, monumental y económico, paralelo a la iniciativa particular que, al amparo del desarrollo económico, edificaría sus moradas con un lujo y magnificencia que en nada tenían que envidiar a la de otras áreas geográficas del Imperio.
Año 291-305 d.C: Persecuciones contra los cristianos bajo los emperadores Diocleciano y Maximiano Hercúleo, que tuvieron una especial relevancia en la ciudad emeritense, con el martirio de Eulalia.
S. IV d.C.
Año 305 d.C. Con las reformas administrativas llevadas a cabo por el emperador Diocleciano en todo el Imperio, Augusta Emerita se convierte en una de las ciudades españolas, junto a Sevilla y Tarragona, a la que se le confiere la dignidad metropolitana y, en una de las ciudades más señeras del mismo, residencia de la máxima autoridad política de la península (Vicarius), y nudo de calzadas que forjaban el poder de Roma.
Año 313 d.C. Tras el edicto de Milán (313), promulgado por el emperador Constantino, se celebra el concilio de Iliberis, primero de la Iglesia hispana, donde se tiene constancia de la participación del metropolitano de Mérida (Liberio), junto a otros obispos de la Tarraconense y la Bética.
Año 337-340 d.C. 9 de septiembre del 337 y marzo/abril del 340. Aparición de una lápida que recuerda la restauración del Circo de Mérida bajo T. Flavius Laetus, comes Hispaniarum, cargo administrativo equiparable al vicarius en algunos aspectos. Esta restauración en fecha tan tardía es buena muestra del favor de los habitantes de la ciudad y su territorio por este tipo de espectáculos.
El anfiteatro de Mérida es un antiguo recinto para espectáculos de luchas de gladiadores que fue construido por el Imperio romano en la colonia de Augusta Emerita, actual Mérida a finales del siglo I a. C.. Su construcción se planificó junto a la del adyacente y del teatro romano, con el que conformaba la gran área pública de espectáculos de la capital de la Lusitania. Fue abandonado hacia el siglo IV d. C. y hasta principios del siglo XX permaneció enterrado.
Templo de Diana es un templo romano construido hacia finales del siglo I a. C. en Augusta Emerita, que más tarde se convertiría en capital de la provincia romana de Lusitania, actual Mérida (España). Se levantó en el foro municipal de la ciudad romana siguiendo la configuración habitual de los templos clásicos grecorromanos y es el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida en un aceptable estado de conservación.
El acueducto de los Milagros era una de las conducciones que, en época romana, suministraban agua a la ciudad de Emérita Augusta
El punto de captación de agua o caput aquae se situaba en el embalse de Proserpina, desde donde nacía una conducción a lo largo de casi 12 kilómetros. La conducción discurre sinuosa bajo el suelo siguiendo la curva de nivel con una ligera pendiente. Es en su mayor parte una galería subterránea excavada en roca viva, salvo en los pasos sobre algunos arroyos que se salvan con pequeñas arquerías en alzado. En la parte final de la conducción es donde se sitúa la arquería, para lo cual se tuvo que construir una serie de pilares (arcuationes).
El puente romano de la ciudad española de Mérida (Extremadura) es considerado el más largo de la antigüedad. En los tiempos del Imperio Romano la obra se elevaba sobre el río Guadiana a lo largo de 62 arcos con una longitud total de 755 m. Hoy en día el puente tiene una longitud de 721 m (incluyendo las entradas 790 m) y descansa sobre 60 arcos, de los cuales 3 están ocultos en las orillas.
El puente forma parte del Conjunto arqueológico de Mérida, uno de los principales y más extensos conjuntos arqueológicos de España, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco.
El embalse de Proserpina es un embalse de origen romano que se comenzó a construir en el siglo I a. C. y que está situado a 5 km al norte de Mérida. Recoge las aguas de dos arroyos y tiene una capacidad de alrededor de 4 hm³.
El buen estado de conservación actual del embalse romano se debe a que, tras la caída del Imperio romano, además de su función de abastecimiento de Augusta Emerita a través del Acueducto de los Milagros, el lago artificial ha sido siempre una popular zona de baño y recreo, por lo que se continuó cuidando y modificando.
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